Desde el comienzo de la historia faraónica y exactamente desde la invención de los alfabers jerogíficos con todas sus variaciones y evolución, el antiguo egipcio quería transmitir todo lo relacionado con sus meditaciones, esperanzas, miedos y creencias a la posteridad. Observando su propio clima y geografía, los egipcios pronto creyeron que la vida del hombre es como los diferentes ciclos que lo rodean, vinculan el sol, la luna, el Nilo: nacimiento, infancia, madurez, envejecimiento y muerte. Creía firmemente en la resurección, como las plantas, los ciclos de los insectos y muchos otros fenómenos en la naturaleza. Con las herramientas disponibles, nos transmitió toda su imaginación sobre el más allá y su creencia en justic allí. Se imaginó una vida como la que está viviendo con su esposa, sus hijos y todos sus seres queridos y los dibujó en sus tumbas con abundante comida, joyas, bebidas y suministros. Con el desarrollo de los jeroglíficos y la disponibilidad de recursos y espacio o su escasez y también el desarrollo de la religión que sufrió muchas variaciones, fusión e incluso influencia extranjera, la descripción del más allá cambió a través de los siglos en muchos guiones llamados libros