Los primeros habitantes de Egipto llegaron a las orillas del Río Nilo, después de cruzar pantanos y valles llenos de dificultades y obstáculos, escapando de la desertificación del Sahara. Las comunidades originales se asentaron en el país y se establecieron en comarcas llamadas nomos. Pasó el tiempo y después de tiempos de paz y disputas, los nomos se agruparon en dos proto-naciones, el Alto Egipto y el Bajo Egipto, para finalmente ser unificados por Menes hacia el año 3100 a. C., considerado por los antiguos egipcios como el primer faraón.