Sinuhé estaba en el séquito Senusert cuando regresaba de su campaña en Libia, cuando pudo escuchar cuando el joven príncipe recibía la noticia del asesinato de su padre. Sinuhé huyó, ya sea porque había oído algo que no debe o por alguna otra razón desconocida. Pasó por el Delta hacia el Este, cruzando el lugar del que ahora es el Canal de Suez y, finalmente, llegó a Siria. Allí, los beduinos, recientemente conquistados por Egipto le acogieron con agrado y lo adoptaron. Los años pasaron, y después de varias aventuras, Sinuhé se convirtió en un jefe tribal respetado y poderoso. En respuesta a sus ruegos, Senusert acordó darle un indulto real. Regresó a su país, se reunió con los hijos del rey, una vez más y finalmente murió entre su propia gente. La historia de Sinuhé fue una de las obras más populares de la literatura egipcia, de los cuales varios cientos de ejemplares han sobrevivido